domingo, 31 de agosto de 2008

Si creemos que el mundo es una máquina acabaremos convirtiéndolo realmente en una máquina

Creo que podemos estar de acuerdo en nuestra vida cotidiana que nuestros pensamientos sobre las situaciones y personas que nos rodean, influyen de alguna forma en esas personas y situaciones. No sabemos porque pero si pienso que mi hijo en un manazas, acabará tirando el tarro de miel, si me digo que conseguiré mi meta, tarde o temprano llegaré a ella.


En la ciencia y tecnología domina una visión mecanicista que considera el mundo una gran máquina. A ese nivel debe ocurrir como con nuestra experiencia cotidiana, no es indiferente que impere esa idea. Ese modelo reduccionista del mundo tiene como consecuencia que poco a poco convertimos al mundo realmente en una máquina.
El padre del Principio de Indeterminación, otro de los modelos científicos de enorme repercusión en todas las esferas, Heisenberg, reconocía que

"casi todo avance científico se lleva a cabo a costa de la renuncia, casi todo progreso en el conocimiento sacrifica puntos de vista importantes y consolida determinados modos de pensar. A medida que se acumulan hechos y saberes, la pretensión del científico que busca la comprensión del mundo en cierto sentido disminuye". “No debe hacernos olvidar que llegar a estos logros ha supuesto renunciar a la meta de trasladar los fenómenos de la naturaleza a nuestro pensamiento de una manera inmediata y viva"
(sacado de Ernst Lehrs Man or Matter. London, 1985, p.19)

Como Ulises debemos escuchar los cantos de sirena pero no dejarnos seducir por sus promesas de una sociedad supertecnificada que nos liberará de todas las preocupaciones, nos proporcionará el conocimiento global inmediato, un mundo libre de enfermedades.
Este blog recogerá reflexiones, comentarios y referencias sobre las oportunidades ciertas que ofrece la tecnología.
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